Educadora, Madre, Aboga por la Paz y la Compasión.
Women Across Frontiers: ¿Qué te hizo empezar a hacer lo que estás haciendo hoy?
Rachelle: El verano pasado, mi hijo, Naftali, y otros dos adolescentes fueron secuestrados y asesinados. Durante los 18 días de búsqueda de los jóvenes, personas de todo el mundo, judíos y no judíos, en Israel y en la diáspora se acercaron creando una solidaridad y ambiente increíble y lleno de amor. Esto nos enseñó mucho sobre quiénes somos y quiénes podemos llegar a ser. Queremos preservar tanto como nos sea posible el espíritu de ese verano a través de una serie de actividades que reconocen y promueven la conexión y el diálogo en Israel y en el mundo judío.
WAF: ¿Qué te motiva a hacer lo que haces a diario?
Rachelle: Sentimos en ese momento un abrazo increíble de cuidado y cooperación. Ahora tenemos la responsabilidad de no perder esta oportunidad y de seguir creciendo a partir de ahí, básicamente, sacar lo dulce de lo amargo.
WAF: ¿Cuál consideras tu mayor lucha o tu mayor reto?
Rachelle: Mi mayor lucha es encontrar un equilibrio entre estar presente para mis maravillosos hijos y familia y continuar mi trabajo habitual en la enseñanza de la Torá, que es muy importante para mí, así como también continuar con las muchas actividades adicionales que afrontamos este año.
WAF: ¿Cuál es tu mayor logro o tu momento más transformador?
Rachelle: Para mi sería la manifestación en Tel Aviv que pedía el regreso de nuestros muchachos sanos y salvos. Hubo casi 100.000 personas allí. En un lugar que siempre está lleno de protesta y rabia, sólo había amor y buenos deseos en el aire. Más allá de eso, hubo muchos otros momentos en los que la gente me dijo en privado lo mucho que se preocupaba por nuestro caso y cuán transformador había sido en sus vidas.
WAF: ¿Cuál es tu objetivo final o tu mayor sueño?
Rachelle: Trato de no ser ingenua. Los desacuerdos son la base de nuestra vida aquí, pero espero que podamos experimentar el profundo cuidado que tenemos el uno por el otro como base para nuestra vida en común, y que sigan habiendo discusiones intensas pero con respeto, como una verdadera familia.
WAF: ¿Cuál es tu frase favorita?
Rachelle: “No estés de acuerdo conmigo! Sólo preocúpate por mí!”