Violencia de género en Cuba: el silencio de las cifras
Por Ivet González
LA HABANA.- Frente al grupo del proyecto comunitario “Mujeres con propósitos”, la costurera y emprendedora Alina Saborit cuenta su historia, que comenzó hace 49 años en los campos de la provincia de Granma, en el oriente cubano.
Con 15 años, sus padres la entregaron en matrimonio a un hombre que ni conocía ni le gustaba. Durante la traumática noche de bodas, él amarró con un cinto sus manos para violarla. El vínculo terminó por la intervención de la familia, cuando la vio casi ahogada mientras su esposo no paraba de apretarla por el cuello.

Mujeres víctimas de la violencia que protagonizan el documental “Mujeres… el alma profunda. Las Hijas de las Estrellas” de la realizadora Ingrid León, durante la premier del filme en la sala Charles Chaplin, en La Habana, Cuba. 10 de octubre de 2015. Foto: Jorge Luis Baños_IPS
Entre las otras relaciones de pareja que sostuvo después, en la capital cubana, dos más resultaron ser violentas. De ellas salió gracias a la ayuda de su comunidad de fe y una extraña suerte que la acompaña a pesar de todo.
“Yo veía normal lo que me había pasado. Pensaba que todas las mujeres tenían que vivir situaciones así”, aseguró la sobreviviente.
Testimonios como el de Alina muestran la persistencia en Cuba del lado más extremo del maltrato hacia las mujeres y las niñas, aunque no son públicas las cifras de los homicidios y, hasta el momento, se carece de un estudio nacional sobre el problema.
La ausencia de estadísticas constituye la gran limitante para analizar y enfrentar la violencia machista, en un país donde prevalece la cultura patriarcal a pesar de los grandes avances en equidad como salarios iguales a los percibidos por los hombres, incorporación masiva de la población femenina al estudio y el trabajo junto al acceso universal, gratuito y seguro al aborto.
Solo se conocen los reportes de las 175 Casas de Orientación de la Mujer y la Familia (COMF), adscritas a la no gubernamental Federación de Mujeres Cubanas (FMC). Presentes en todos los municipios del país, las COMF previenen y atienden en alguna medida a casos de violencia intrafamiliar.
Según el informe de Cuba por los 20 años de la conferencia internacional sobre la mujer de Beijing, estas casas calcularon que, entre 2006 y 2009, 88 por ciento de las víctimas que pidieron ayuda fueron mujeres. Los agresores de la mitad de ellas resultaron ser sus parejas, con predominio del maltrato psicológico y dentro del hogar, reveló.
El reporte, fechado en 2014, indicó que en 2013 acudieron 566.738 personas a las COMF, “dentro de las que se identificaron algunas como presuntas víctimas de violencia”.

De izquierda a derecha, aparecen Nidia Tamayo, Yamila Delgado, Alina Saborit y Lidia Santos, parte del equipo del proyecto “Mujeres con propósitos”, en la sede del Taller de Transformación Integral del Barrio Libertad, en La Habana, Cuba. 26 de octubre de 2015. Foto: Jorge Luis Baños_IPS
De carácter descriptivo y muestras pequeñas, la Cátedra de la Mujer de la Universidad de La Habana, promueve desde hace más de 20 años estudios que observan las diversas manifestaciones de la violencia, como la física, sexual, psicológica o económica, en todos los segmentos de la sociedad cubana.
Sin embargo, en los últimos años el problema sale del clóset hacia espacios públicos y dentro de las comunidades más vulnerables.
“Aquí fue donde mis ojos se empezaron a abrir hasta verme como una mujer violentada”, valoró Saborit sobre el Taller de Transformación Integral del Barrio (TTIB), ubicado en la comunidad Libertad, del municipio habanero de Marianao, adonde comenzó a trabajar en 2004.
Creados en 1988, los TTIB son instancias de trabajo social en barrios desfavorecidos de la capital, que se subordinan administrativamente al gobierno municipal.
En el taller “comencé a pasar cursos sobre violencia contra la mujer, comunicación, gestión de negocios y economía social”, indicó la sobreviviente, que hoy coordina “Mujeres con propósitos” para apoyar a las víctimas a elevar su autoestima y encontrar ingresos propios.
El grupo ayuda a identificar los tipos de maltrato y teje redes de apoyo. Muestra cómo a través de la costura y otras manualidades, las integrantes pueden buscarse un sustento propio además de aprovechar la ventana de oportunidades en el sector privado y las llamadas cooperativas no agropecuarias, dentro de la economía cubana en reforma.
“El tema de la violencia contra la mujer ha tomado más auge en los últimos años que en todo el tiempo de la revolución” (en el poder desde 1959), estimó Alicia Valle, una jubilada de 66 años. “Siempre se defendió a la mujer y se trabajó por su superación, pero hoy se habla de asuntos como este, que antes eran tabú”, comentó.
La vecina del barrio habanero de Atarés consideró que “la situación es grave” en asentamientos como el suyo, donde las autoridades identifican personas asociadas a la prostitución y el proxenetismo.
A su juicio, “queda mucho por hacer” para prevenir y atender el maltrato de género. En ese sentido, propuso “empezar a educar en la igualdad y la paz desde la escuela”.
“La violencia no es solo física, también psicológica y un problema educativo: les enseñamos a los niños desde la base que los varones van a la calle y las hembras se quedan en la casa”, lamentó la otrora secretaria.
El renacer del tema en el debate público se debe a la acción de la sociedad civil, un actor con presencia significativa a partir de los años 90 del pasado siglo en el sistema estatalizado del país de gobierno socialista.
Según las definiciones más amplias, la sociedad civil cubana está integrada por las asociaciones fraternales, culturales y deportivas; sociales de masas; iglesias y congregaciones religiosas; organizaciones no gubernamentales de desarrollo; centros de investigación y publicaciones académicas; movimientos comunitarios; cooperativas, nuevos actores económicos y grupos disidentes.

La cantante cubana Rochy Ameneiro, lideresa del proyecto Todas Contracorriente, durante un concierto dedicado a la no violencia hacia las mujeres y niñas, en la Sala Avellaneda del Teatro Nacional, en La Habana, Cuba. 03 de diciembre de 2012. Foto: Jorge Luis Baños_IPS
Entre las abanderadas en la lucha por la cultura de paz hacia las mujeres, figuran la FMC, los ecuménicos Centro de Reflexión y Solidaridad “Oscar Arnulfo Romero” (OAR), Centro de Reflexión y Diálogo-Cuba, Centro Memorial Dr. Martin Luther King Jr. y Centro Cristiano de Servicio y Capacitación B.G. Labastida; Unión Nacional de Juristas de Cuba y el estatal Centro Nacional de Educación Sexual.
OAR coordina desde 2007 la Jornada Nacional por la No Violencia contra la Mujer, junto a otras organizaciones de la sociedad civil, estatales y gubernamentales.
El programa de actividades abarcó 10 de las 15 provincias en la edición de 2014, que como las anteriores coincide con los 16 días de activismo mundiales entre el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos.
“Lo primero era lanzar la campaña nacional con los ciudadanos y ciudadanas para que formen parte de la sensibilización, imprescindible para reconocer y desnaturalizar la violencia en el país”, informó Zulema Hidalgo, coordinadora del programa de Género y Violencia de OAR.
Con el paso del tiempo, el centro avanzó en materia de capacitación, articulación de actores y tocar el espinoso tema de la atención a las víctimas, en su principal área de influencia que se circunscribe a las comunidades.
“Este no puede ser un problema solo de la comunidad. Debe trascender a lo municipal, provincial y nacional, además de a otras instituciones”, opinó Hidalgo. A su juicio, el país tiene un “sistema” de prevención y atención a las mujeres “que está desarticulado”.
La última evaluación a Cuba del Comité sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer, realizada en julio de 2013, lamentó la persistencia de la violencia contra la mujer; subregistro de casos y la falta de una legislación específica, información, estudios, datos estadísticos así como de centros de acogida para víctimas.
Instó, entre otras recomendaciones, a sensibilizar a la población a través de los medios de comunicación y programas de educación.
En una nota de abril de 2014, la Misión Permanente de Cuba ante la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra aseguró a nombre del gobierno que no existe un subregistro de la violencia, el tipo que prevalece es la psicológica y se da protección efectiva a las víctimas a través de variadas normas jurídicas vigentes.
“Hemos llevado el mensaje del papel de la artes en la lucha por una cultura de paz hacia la mujer”, explicó la cantante Rochy Ameneiro, lideresa del proyecto Tod@s Contracorriente. “Aunque hemos estado potenciando el trabajo dirigido a la juventud, esperamos haber llegado a diferentes sectores de nuestra sociedad”, apreció.
La iniciativa, que surgió en 2011 enfocada a la prevención, realiza giras por escuelas y barrios con conciertos, talleres y homenajes a figuras históricas del feminismo cubano. También difunde estas ideas a través de videos clip y documentales, así como por los medios de comunicación, casi todos en manos estatales, y las redes sociales en Internet.
“Es muy gratificante ver cómo la juventud se asombra al descubrir que está siendo violentada de muchas maneras. Y en los talleres reflexionan, aportan ideas, se apropian de herramientas y trasmiten sus experiencias”, amplió.
Hasta el momento se desconoce si la violencia estará contemplada en la encuesta nacional sobre igualdad de género, que en 2016 aplicarán los estatales Centro de Estudios de la Mujer y la Oficina Nacional de Estadística e Información. Trascendió que el sondeo indagará sobre las relaciones sociales entre hombres y mujeres, en específico sobre uso del tiempo, estereotipos, prejuicios y brechas. (2015)
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Recuadro
Título: ¿A dónde recurrir en Cuba?
En busca de orientación y ayuda, usted puede acudir a: las oficinas de la FMC, Casas de Orientación a la Mujer y la Familia, Comisiones Municipales de educación sexual, Servicios de Orientación y Terapia Sexual, Médicos de Familia o Áreas de Salud, Centros Comunitarios de Salud Mental, Oficinas de Atención a los Derechos Ciudadanos de las Fiscalas Municipales y la Policía Nacional Revolucionaria.
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Primera foto: Myrta Kaulard ( C ), coordinadora residente del Sistema de Naciones Unidas en Cuba y un grupo de activistas posan para la foto durante la celebración del Día Naranja por la No violencia hacia las mujeres y niñas, en el Pabellón Cuba, en La Habana, Cuba. 25 de octubre de 2015. Foto: Jorge Luis Baños_IPS
Me parece estupendo que en Cuba esten haciendo este tipo de trabajo, me gustaria contactar con lideres de este movimiento, quisiera ayudar y ademas plantearles un caso de violencia infantil
Hola Mercedes. Contacte con Zulema Hidalgo, del Centro de Reflexión y Diálogo “Oscar Arnulfo Romero”, a través del sitio http://www.romerocuba.org/.
Abrazos desde La Habana y saludos al equipo de WAF,
Ivet