República Dominicana: ¿Qué haría Juan Pablo Duarte?
Por Vierka Vasquez
Aún hoy recuerdo lo ofendida que me sentí cuando a los 15 años, mientras caminaba por Times Square en NY, escuché a un grupo de gente gritar que mi país era racista.
Los manifestantes reclamaban mas respeto e igualdad por los derechos humanos de los haitianos en la República Dominicana, pero yo simplemente no podía comprender por qué estos manifestantes entendían que los haitianos querían volver a ocupar mi país; y que sólo están “robando y violando”, tal como se escuchaba decir en la escuela y lo que decían las personas a mi alrededor.
Con esas creencias me crié. Han pasado ya casi 10 años de aquel incidente y hasta el día de hoy, no puedo creer toda la razón que aquellos manifestantes tenían.

Foto: Cortesía de Feed My Starving Children
Hostilidad Desde la Época Colonial
La hostilidad común hacia los haitianos que existe en la sociedad dominicana probablemente tenga su origen en la época colonial de la isla. Santo Domingo era colonia española, con menos esclavos africanos y Haití una colonia francesa, con una mayor concentración de esclavos africanos. Esto resultó en más personas de origen europeo y africano en el lado este de la isla, explica el periodista Jonathan Katz en un reciente artículo en el New York Times sobre la crisis.
En 1822 Haiti ocupó Santo Domingo. Durante esta ocupación militar, los dominicanos hicieron todo lo posible para distanciarse de sus ocupadores. Expertos en historia sugieren que este fue el punto en que la identidad, la raza y la ciudadanía dominicana comenzaron a formarse basada en el odio hacia la ocupación haitiana.
Hoy en día el mayor problema es la marginalización institucional de los haitianos y sus descendientes en la República Dominicana.
Duarte
Durante todo el mes de Febrero, los dominicanos celebramos la independencia de la Nación y al más celebrado de los padres de la Patria, Juan Pablo Duarte. Duarte nació en Santo Domingo el 26 de Enero del 1813 en una familia de origen español.
La historia indica que Duarte vivió y murió por el logro de la independencia dominicana. Eventualmente, Duarte nos dio una patria libre y soberana de control extranjero. Pero la historia también indica que el sueño de Duarte era el de una Nación justa para todos los que viven en ella.
Hoy en día la realidad es que la mayoría de los dominicanos vivimos completamente desconectados de los ideales de igualdad y justicia social que Duarte ambicionaba para la nación. Nada demuestra esto mejor que la manera en que el segmento mas vulnerable en la sociedad dominicana es tratado, los haitianos y sus descendientes.
Una Ley Que Abre Viejas Heridas
Entre 1929 hasta el 2004, todos aquellos ciudadanos nacidos en la Republica Dominicana eran considerados por ley y concepto de jus soli, dominicanos. La única excepción eran los hijos de diplomáticos extranjeros o individuos que planeaban estar en el país por menos de 10 días, considerados “en transito.” Sin embargo, una serie de cambios constitucionales en la última década ha anulado el derecho a la nacionalidad dominicana basado en el simple hecho de ser nacido en territorio nacional.
En el año 2013 el tribunal constitucional dominicano anuló la nacionalidad a todos aquellos nacidos después de 1929. La sentencia ha desnacionalizado a más de 200,000 personas, la mayoría de descendencia Haitiana dejando como resultado una crisis migratoria e humanitaria que afecta mayormente a las mujeres.
Las personas sin nacionalidad no pueden obtener empleo, ejercer su derecho al voto en elecciones, casarse, obtener una educación o recibir ningún tipo de beneficios o protección por parte del estado.
La combinación de xenofobia, machismo y racismo que plaga la sociedad dominicana significa que aún con documentos que demuestren su nacionalidad, las mujeres dominico-haitianas son prácticamente invisibles para el gobierno dominicano. Este también es el caso para sus hijos.

Foto: Cortesia de Adam Jones
En completa violación de la leyes internacionales, la sentencia del 2013 afirmó un cambio constitucional del 2010 que le transfiere el estado migratorio de la madre a los niños. Simultáneamente, esta legislación alteró la definición del término “in transito.” Esto resultó en la desnacionalización de todos los niños dominicanos de padres extranjeros y de aquellos considerados “en tránsito.” Aún si el padre es residente legal del país, les es casi imposible obtener documentos nacionales porque generalmente requieren que sea la madre la que declare al niño con el estado.
Genocidio Civil
El famoso economista y escritor dominicano, Miguel Ceara-Hatton ha llamado esta sentencia “genocidio civil.” El derecho de una mujer a la unidad familiar y su derecho a salir o a entrar a un territorio acompañada de sus hijos han sido pisoteados por esta sentencia migratoria.
Como sus madres, los niños desnacionalizados no podrán ejercer ningún tipo derecho. Lo único que esta sentencia garantiza es que futuras generaciones de dominicanos se mantengan atrapados en la pobreza.
Los haitianos y sus descendientes contribuyen a aproximadamente cinco por ciento de la economía dominicana. Muchos de ellos llegaron a trabajar a las plantaciones de azúcar hace casi cien años. La mayoría de sus descendientes nacieron en plantaciones y nunca recibieron documentos nacionales.
El sector laborar doméstico, el sector de la construcción, la industria turística y el sector de la agricultura dependen completamente en la mano de obra haitiana.
Por esta razón es aún más imprescindible explorar las razones detrás de las acciones del gobierno dominicano quien considera el propósito de la sentencia 168-13 el regularizar la inmigración indocumentada, lo cual no explica el aspecto retroactivo de la ley. El mismo gobierno ha prestado muy poca atención a la crisis humanitaria y migratoria que ha causado asegurando a su vez, que nadie quedara desnacionalizado porque la constitución de Haití garantiza nacionalidad a todos aquellos con padres haitianos.
El anti-haitianismo y el racismo hacia los haitianos y sus descendientes siempre han existido en la sociedad dominicana. Pero sería una simplificación de la situación el culpar solo este hecho de la sentencia 168-13.
Por ejemplo, durante el terremoto que afectó a Haití unos cinco años atrás, la comunidad dominicana fue la primera en organizarse para ayudar a los afectados. Inmediatamente después del terremoto, la inmigración hacia La Republica Dominicana aumentó. Poco después Haití se vio afectado por una epidemia de cholera, lo cual volvió a aumentar la inmigración hacia el este de la isla.
Este hecho ha alimentado una percepción muy común en la Republica Dominicana de que hay muchos haitianos en el país. En el 2014 una encuesta Gallup indicó que 83 por ciento de los dominicanos estaban de acuerdo con un alto en la inmigración haitiana y 62 por ciento no consideraba la sentencia 168-13 anti-haitiana. Pero aún así, 68 por ciento de la población dominicana cree que aquellos con raíces en el país desde 1929 tienen derecho a la amnistía. La encuesta también mostró que 58 por ciento cree que los niños con padres haitianos nacidos en el país, deben ser considerados dominicanos, lo cual indica mas resentimiento hacia nueva olas de inmigración.
Tras Las Recientes Elecciones, Muy Pocas Señales de Cambio
Las últimas elecciones, ocurridas 15 de Mayo, 2016 dieron como resultado la reelección de Danilo Medina país por un 62 por ciento del voto popular. Medina está al mando del ejecutivo desde el año 2004.
El año pasado, el gobierno de Medina realizó una reforma constitucional que le permitió al mandatario reelegirse para un segundo mandato presidencial. Esta reforma fue criticada seriamente debido al hecho de que la constitución había sido cambiada cinco años atrás para prevenir elecciones consecutivas.
Durante tiempos de elecciones nacionales utilizar propaganda anti-haitiana para obtener apoyo político es muy común y este año no fue la excepción. Uno de los candidatos, Pelegrin Castillo, diputado ultra-nacionalista, basó su campaña en la idea de construir un muro en la frontera con Haití. De igual manera, Luis Abinader, quien terminó en segundo lugar en las elecciones tras perder por más del 35 por cierto del voto, acusó al presidente Medina y a su partido “de llenar el país de Haitianos.”
La desnacionalización de 2.5% de la población viola varios mandatos de ley internacional entre ellos, la Carta de las Naciones Unidas, La Declaración Universal de Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles.
A si mismo, como signatario de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, la República Dominicana tiene obligación de asegurar equidad de proteccción legal por medio de la nacionalidad.
Esto le da una oportunidad a la comunidad internacional para que inicie y aplique acciones punitivas en contra del gobierno dominicano por no cumplir con su responsabilidad de proteger.
El gobierno dominicano ha creado una gran crisis humanitaria en la que los Estados Unidos y las Naciones Unidas no han hecho absolutamente nada.
En Septiembre del año pasado el embajador americano en la Republica Dominicana, James Brewster Jr., visitó un centro de detención en la frontera dominico-haitiana. Durante esa visita el embajador reportó que estaba “muy feliz con el proceso.”
Brewster se refiere al “proceso de nacionalización” iniciado por el gobierno dominicano en el 2014. Este proceso le permite a los Dominicanos-Haitianos afectados registrarse con el gobierno, aplicar para residencia y eventualmente aplicar a la ciudadanía. Cinco meses antes de cumplirse el plazo para la registración, Junio 17, 2015, solamente una fracción de los dominicanos afectados se había registrado con el gobierno – 64,000.
Ilegalidad y Deportaciones
Miles de personas en el país se encuentran en un limbo legal. Mientras que el aumento en tensiones raciales y violencia, incluyendo linchamientos, ha forzando a otros miles a dejar el país. Según el gobierno, las autoridades han deportado a mas de 14,000 personas entre agosto 2015 y enero 2016. También se ha estimado que más de 70,000 personas, incluyendo menores, han dejado el país “por su propia voluntad.”
Como dominicana, no puedo dejar de preguntarme una y otra vez: “Qué haría Duarte ante esta situación?”.
Creo que como dominicanos no hemos hecho absolutamente nada para lograr el sueño de Duarte. Personalmente me alegra que no vivió para ver como el odio y la falta de humanidad se apoderó de la misma nación por la que él peleo.
*FOTO PRINCIPAL: Cortesía de Adam Jones