Mi Encuentro Con Las Mujeres Aymaras de Cusco
Por Carolina Holado Balta*
Llegué a Cusco en 1998 para postular a la Facultad de Turismo de la Universidad San Antonio Abad del Cusco. Pertenezco a una familia de clase media de Perú que tuvo que migrar como consecuencia del Fujishock, el ajuste económico que en 1990 anunció el entonces presidente Alberto Fujimori con el objetivo de bajar la inflación del país. La privatización masiva del norte del país trajo como consecuencia una ola de desempleos y yo deseaba ser una una profesional, aunque fuera para que mi título adornara la pared.
Chimbote, mi ciudad, no cuenta con tradiciones ni costumbres. Es un puerto pesquero que nació por la siderurgia y la pesca de la anchoveta*. No existen casas coloniales ni las bellas casas de la época republicana.
Apenas llegué a esta ciudad, un primero de mayo de 1998, quedé admirada por sus bellas calles empedradas y sus hermosas iglesias y arquerías. Ese día pude presenciar una de las fiestas más tradicionales del Cusco, la Cruz de Mayo. Vi una cruz vestida y a la gente bebiendo y comiendo a su alrededor. También, por primera vez, vi a la mujer indígena aymara proveniente del altiplano peruano. Vestida con sus blusas de seda, aretes grandes de oro, y adornos del mismo mineral que adornaban su chal y sombrero, se la veía muy orgullosa.
Me pareció muy curioso el hecho de que cada una tomara una cerveza de litro mientras que sus maridos sólo las veían bailar y tomar sigilosamente.
Los fines de semana hay una feria del altiplano y fue ahí donde volví a ver a estas mujeres muy “pericas” ellas, porque a pesar que están en pleno comercio siempre están bien enjoyadas y fue así como pude observar como ellas eran la cabeza de la familia. Ellas dirigían, mientras los hombres cargaban y llevaban las cosas, era un claro matriarcado.
En estos casi veinte años de vivir en la ciudad del Cusco, he podido ver de cerca a la mujer aymara, sus costumbres y tradiciones. Se dice que ellas manejan todo el comercio informal y de contrabando en la parte sur de Perú: Tacna, Cusco, Juliaca y Puno.
Hay grandes colonias de aymarás actualmente en las ciudades de Tacna y Cusco, las fiestas de sus vírgenes y santos son muy populares. Acompañan a los pasacalles grandes bandas, mientras ellos visten lujosos trajes, que son interminables. Debajo de su pollera, en medio de sus enaguas de seda, llevan bolsillos y en ellos dinero para pagar todo en efectivo, ya que no usan tarjetas de crédito. Con ellas todo el comercio es en efectivo.
Si te vas a convivir, el *“ayni” familiar te ayuda: te compran la cama, el colchón, electrodomésticos, etc. Si contraes matrimonio, Dios! la familia y amigos te inundarán no sólo de bendiciones, sino también de dinero en efectivo, electrodomésticos, muebles, un auto, cerveza, viajes, entre otros bienes. De concretarse el matrimonio, la boda es acompañada por músicos andinos o “sikuris” que tocan unas grandes instrumentos locales o “zampoñas”.
Los novios salen bailando de la iglesia y son recibidos por bailarines y la familia. La recepción es amenizada por orquestas y grupos folclóricos en vivo, mientras la familia regala las cajas de cerveza y las llevan bailando sobre los hombros. Seguido, ingresan los lechones en hombros y también los hacen bailar, todo es júbilo. Cada vez que presentan un regalo de una familia o pareja la encargada de dar las felicidades a la nueva pareja es la jefa de la familia.
En la universidad nos enseñaron sobre la cultura aymara en la época de la colonización, y como protegieron sus cuerpos para no mezclarse ni tener hijos mestizos, recurriendo incluso al suicidio.
Cuando le pregunté a una comerciante aymara sobre qué piensa del empoderamiento de la mujer, me contestó sin titubear: “Qué es eso? Yo soy lo que mi madre y mi abuela me enseñaron. Siempre fuerte, primero el trabajo, mis hijos sanos y fuertes, que estudien y que ayuden en casa… lo demás viene solito.”
*Anchiveta: Típico pez de Perú parecido a la anchoa.
*Ayni: Es un sistema económico-social que las culturas aymarás practican hasta hoy en día para vivir en armonía y equilibrio para el bien de la comunidad. Está basado en la reciprocidad y complementariedad.
*Carolina Holado Balta es operadora de turismo en Cusco